En Chile, desde el año 2012, rige la Ley de Inscripción Automática y Voto Voluntario, sistema con el cual se desarrolló las Elecciones Presidenciales del año 2013, resultando electa la actual Presidenta de Chile, doña Michelle Bachelet Jeria, con un total aproximado de 3 millones y medio de votos, en proceso de segunda vuelta. En cuanto a la votación misma, causó gran sorpresa a la prensa de aquel entonces que, del total de ciudadanos que conformaban el padrón electoral (habilitados para votar), que era de 14 millones de personas aproximadamente, fue electa la actual presidenta con un porcentaje cercano al 25% del electorado y la votación alcanzo a los casi 6 millones y medio de votos, arrojando así una abstención por sobre el 50%.

Es un año de elecciones y nos encontramos ad portas de un nuevo proceso, donde no solo elegimos Presidente, sino además a 23 Senadores, 155 Diputados y 238 Consejeros Regionales (cantidades a nivel país), y donde las encuestas ya marcan una tendencia en torno a los porcentajes esperables en votación y abstención. Esta vez, las encuestas anticipan un porcentaje del 50% del padrón electoral que se presentará en las urnas, para elegir a sus próximos representantes. Destacando que, este año, nuevamente habrá un Padrón Electoral de 14 millones de personas aproximadamente habilitadas para votar, es decir, se anticipa un escenario parecido a lo ocurrido en la segunda vuelta del año 2013.

Anterior a la inscripción automática y voto voluntario, el sistema electoral era al revés: inscripción voluntaria y voto obligatorio. Bajo este sistema se llevaron a cabo las elecciones del año 2009, las cuales también se resolvieron en un proceso de segunda vuelta y, en ese entonces, el presidente electo fue don Sebastián Piñera Echeñique, con un total de 3 millones 600 mil votos aproximadamente.

Si comparamos el proceso eleccionario del año 2009 y 2013 bajo dos sistemas electorales distintos, las cifras reflejan el siguiente panorama: en 2009,en segunda vuelta, votaron en total 7 millones 200 mil personas aproximadamente, de un total de 8 millones 300 mil personas aproximadamente, dando un porcentaje de abstención del orden del 13%, abstención muy lejana al 50% de 2013, pero aquí hay que considerar dos factores importantes, un padrón electoral casi el doble y el voto voluntario del 2013.

Entonces, ¿qué ocurre con el Voto Voluntario? ¿Ha traído mayor participación ciudadana? Considerando lo anterior, podríamos señalar que el Voto Voluntario ha sido el reflejo del verdadero interés por la participación ciudadana y reflejo del real COMPROMISO CÍVICO, debido a las evidencias que reflejan un profundo rechazo de la ciudadanía al sistema político en general, porque la abstención al fin y al cabo está reflejando el desinterés de la ciudadanía.

Por lo cual, considerando los elementos de participación ciudadana, hoy vivimos los tiempos de mayor desprestigio de la clase política, reflejada en la desesperanza de las personas, las cuales ponen acento en la frase “esperemos que las cosas cambien”. Situación que lleva a la ciudadanía a no expresar el Compromiso Cívico, reflejado por el poco involucramiento de las personas en todo lo que diga relación con la ciudadanía, en especial las Elecciones populares.

Quizás es tiempo de impulsar, motivar y reflejar el Compromiso Cívico, el cual sin duda dará como resultado la disminución de la abstención. Por ello, si las personas lograran entender que dentro de su calidad de ciudadano existen no solo derechos, sino también deberes, lo que cambiará sería su mentalidad y le haría comprender al ciudadano que por las personas que no votan, se permite a un “grupo reducido” de personas decidir los destinos del país. Dicha abstención, no es si no la muestra de la desvalorización y falta de importancia al poder ejercer la influencia que representa el voto. Ese poder e influencia, a través del voto, se refleja cuando se delega y enviste de poder a una persona que, por un periodo de tiempo determinado, va a representar su voz en la toma de decisiones de nuestro país.

Considero que, si no existe un involucramiento en el Compromiso Cívico, por medio de un cambio de mentalidad y la acción (voto), literalmente estoy diciéndole al resto de la sociedad que “las leyes que se dicten y las decisiones que tomen los políticos en Chile me dan lo mismo”, ignorando que esas leyes finalmente nos afectan a todos, por cuanto, la misma ley señala que, una vez promulgada y publicada, se presume conocida por TODOS, por lo cual, al ser conocida por todos, nos afecta a todos.

Finalmente, me queda reafirmar que, si tomamos la responsabilidad que nos corresponde y asumimos nuestro Compromiso Cívicoel que finalmente se refleja en el compromiso con nosotros mismos, nuestras familias, nuestro entorno y con nuestro país, elegiremos informados y en conciencia a quiénes queremos que representen nuestros principios, valores, ideas y pensamientos, el abstenerse es permitir que los mismos de siempre sigan decidiendo por todos. Si no cambiamos nuestra mentalidad y nos damos cuenta del verdadero poder que hay en nuestro voto, al término de este proceso electoral, nuevamente habrá ganado la abstención.

 

Para más información pude revisar los siguientes sitios:

http://www.tribunalcalificador.cl

https://www.cepchile.cl

http://www.adimark.cl

 


 

Rodrigo Alba
Técnico Jurídico